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Investigar en el salón de clase
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Investigar en el salón de clase

Iniciamos hoy una nueva línea de desarrollo para la tarea del aula. Se trata de la investigación: actividad que las y los docentes pueden llevar a cabo en las instituciones educativas con el objeto de obtener respuestas a los interrogantes que se plantean en las aulas y/o comprender de manera diferente las consecuencias de las estrategias que llevan a cabo.

Así como los docentes planifican, evalúan y proponen actividades para los estudiantes, o llevan a cabo diferentes estrategias, también pueden realizar procesos investigativos. Es posible investigar un amplio espectro de problemáticas educativas: el reconocimiento del impacto del contexto en los aprendizajes, en la vida de los estudiantes, en las razones para sus empeños y en su vida cotidiana; las estrategias que se diseñan con el objeto de reconocer cuáles son las más efectivas, las técnicas más apropiadas o favorecedoras de los procesos constructivos; los procesos reflexivos de los estudiantes, sus interrogantes o las razones de sus dificultades.

Es cierto que las y los docentes tienen una agenda recargada de actividades que deja poco espacio para la inclusión de nuevas tareas. Diseñar las clases, preparar las actividades, examinar materiales nuevos, recurrir a la bibliografía y a un proceso de búsqueda de nuevos contenidos, corregir las producciones de los estudiantes, atender a las familias y tantas otras cosas. Sin embargo, son los mismos docentes quienes tienen numerosos interrogantes respecto de su tarea que sólo un proceso de indagación riguroso puede atender. Por otra parte, el conocimiento pedagógico que poseen los hace aptos para este proceso más que a ningún otro especialista. Sociólogos, antropólogos, psicólogos se hacen preguntas relevantes y llevan a cabo una enorme cantidad de investigaciones de indudable valor. Pero son los docentes quienes poseen una experiencia práctica que abre incertidumbres y perplejidades, fruto de su tarea cotidiana. La fuente de interrogantes es privilegiada en tanto se entrama en los problemas prácticos de la enseñanza y no en los intersticios que dejan las teorías.

La exploración de experiencias transcurridas y formar parte de una comunidad que las estudia transforma a los actores de una escuela en una comunidad que indaga y que colabora en una clara propuesta de profesionalización de la enseñanza.