La vitamina K (Fitomenadiona o la vitamina de la coagulación) es una de las vitaminas que más tardó …
Vitamina K
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Vitamina K

La vitamina K (Fitomenadiona o la vitamina de la coagulación) es una de las vitaminas que más tardó en descubrirse (1935), y para ello su descubridor original, el profesor Henrik Dam (de origen danés), tuvo que aislar su composición química en la alfalfa, aunque actualmente existen otros métodos para poder sintetizar dicha vitamina científicamente, método por el que el científico que lo descubrió (Edward Adelbert Doisy) se llevó el premio Nobel de medicina en 1943, compartiéndolo con el descubridor original de la vitamina K, Henrik Dam.

La manera en la que se descubrió la vitamina “K” es muy curiosa ya que se intentaba conocer el motivo por el que los pollos de una granja morían tras una grave hemorragia, los cuales eran alimentados en base a una dieta rica en colesterol. Esto, ahora, se razona perfectamente y era a causa de un déficit de vitamina K en dichos animales, debido a que la principal función de la vitamina K tiene que ver con la coagulación en la sangre.

Cantidad y fuentes de vitamina K

La cantidad diaria a ingerir recomendada para una persona adulta por el instituto nacional de salud es de 120 microgramos, y no existe dato alguno sobre el límite soportado de dicha vitamina en el organismo, ya que es demasiado peligroso realizar ese tipo de experimento en humanos reales, pero cabe destacar que la vitamina K pertenece al grupo de vitaminas que se almacenan en las grasas, por lo que no sería necesario suministrar una
dosis diaria.

Para reponer los niveles de dicha sustancia, en caso de ser necesario, debería realizarse una ingesta de alimentos que contengan una gran cantidad de vitamina “K” en su composición, como por ejemplo:

  • Ciertas hortalizas: Las espinacas, el nabo, la lechuza, el perejil, las acelgas…
  • Algunas verduras: Las coles de Bruselas, coliflor, brócoli…
  • El aceite de oliva, el cual también contiene grandes cantidades de vitamina K.

Y en menor medida dentro de algunas carnes y pescados grasos, así como en diversos lácteos y en los huevos.

Déficit de vitamina K

El déficit de vitamina K en el ser humano es algo muy poco común pero altamente peligroso, ya que sin esta vitamina la sangre no coagularía y por ende moriríamos. Un síntoma de este déficit en personas humanas podría ser la facilidad de sangrar o de presentar hematomas en la piel, lo cual podría ser una señal de que el tracto intestinal es incapaz de absorber la vitamina K en plenas condiciones y ésta no puede realizar su función.

Y precisamente por la función de coagular la sangre, cortar hemorragias, etc. Esta vitamina es usada a menudo con los bebés recién nacidos en forma de suplementación ya que los intestinos de los recién nacidos son totalmente estériles por lo que no tienen bacterias capaces de sintetizar la vitamina K, además de que la leche proporcionada por su madre, (el único alimento que tomará durante varios meses) , es muy pobre en cuanto a esta sustancia se refiere.